Amanece otro día esplendido por el Pirineo, perfecto para pedalear por estos increíbles parajes. Hoy toca visitar los valles de Bujaruelo, Otal y Ordiso... esto promete y mucho.
Hoy decidimos quitarnos la paja de ir y volver por carretera hasta el punto de inicio de la ruta e ir al grano, así que montamos las bicis en el coche y nos dirigimos hasta un aparcamiento después del camping de Ordesa, justo en la entrada a los valles de Bujaruelo y Ordesa.
Arrancamos llegando en seguida hasta el cruce de entrada a los valles, donde por un lado se puede entrar al de Ordesa y por el otro al Bujaruelo. Tiramos por este ultimo pedaleando paralelos al rio Ara y parando cada dos por tres para ver los espectaculares y ruidosos rápidos del río.
Seguimos ascendiendo suavemente por la pista y llegamos hasta el camping de Bujaruelo, donde hacemos una parada a sacarnos una foto junto a el cartel de la entrada para enviársela al amigo Vicente y darle un poco de envidia, pero por suerte para él ninguno teníamos cobertura.
Y así seguimos disfrutando de los paisajes hasta llegar a las campas donde se encuentra el refugio de Bujaruelo. Pasamos de largo dejándolo atrás y continuamos hasta el cruce para que nos lleva a los valles de Otal y Ordiso.
Empezamos a remontar las duras pistas que nos dirigen hacia el valle de Otal, pero una vez que coronamos podemos disfrutar de las impresionante vistas de todo el valle, que hace que se olvide rápido el sufrimiento de la subida.
Continuamos por una larguísima recta en el fondo del valle embobados con las vistas de nuestro alrededor hasta que llegamos al refugio de Otal. Desde aquí cogemos un sendero que nos lleva hasta el final del valle, donde encontramos la bonita cascada del l barranco de la Paúl.
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Después de un rato disfrutando de la cascada retornamos de nuevo por la larguísima recta que cruza todo el valle, hasta que iniciamos un rápido descenso de nuevo hasta el Bujaruelo.
Una vez de nuevo en el valle, cogemos la otra pista que nos llevará ahora hasta el valle de Ordiso. Las vistas durante la subida son impresionantes también y podemos disfrutar de cascadas a pie de pista o impresionantes vistas a los rápidos del río.
Tras un rato de subida llegamos hasta el final de la pista en el refugio de Ordiso. Allí decidimos dejar las bicis aparcadas y bajar andando hasta el fondo del valle, para visitar una cascada espectacular que cae del río Ordiso.
Un descanso disfrutando del paisaje y vuelta al ataque, comenzamos la vuelta descendiendo por donde habíamos subido, entre arboles y barrancos hasta llegar casi de nuevo al fondo del Bujaruelo. Antes de llegar cogemos un sendero paralelo al río Ara muy divertido que nos lleva de nuevo hasta el refugio. Antes de llegar nos encontramos con un antiguo nido de ametralladas escondido junto al sendero y aprovechamos para hacer la visita espeleológica del día.
Llegamos por fin al albergue y lo encontramos lleno de gente, por suerte conseguimos un buena mesa y nos sentamos allí a disfrutar de un descansillo y comer algo, ya que el resto de ruta que nos queda es prácticamente toda bajada y no nos va a pesar mucho ya lo que nos metamos.
Y ahí que Lina nos sorprende trayéndonos unos exquisitos manjares para celebrar su cumpleaños, se sacó unas alitas de pollo a la barbacoa, unas patatas ali-olí y unas butifarras (o algo así) que nos supieron a gloria bendita. Zorionak eta ezkerrik asko!!!
Tras la comilona y antes de nos coja la modorra, comenzamos el descenso de nuevo hasta la salida del valle con tanta energía que no dudamos en adelantar a todo tipo de vehículos que se ponen por delante. De eso mejor no ponemos fotos ...
Y así llegamos de nuevo hasta los coches, dando por concluida una de las rutas con mejores vistas que recuerdo. Luego vuelta al apartamento, una ducha y por la tarde a Broto, aprovechando para echar un ojo al desafío de mañana, la vía ferrata de la cascada del Sorrosal, pero esto ya es otra aventura ....
Agradecimientos
Fotos: Mikel
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